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El método científico

El método científico ayuda a llegar a conclusiones de manera controlada, explicativa y autocrítica. Como últimamente están de moda muchas pseudociencias y pseudoterapias -que no han demostrado eficacia o que ponen en peligro la salud de las personas- vale la pena explicar cómo funciona esto de la ciencia. Este artículo muestra cómo se distingue una ciencia de una pseudociencia.

El método científico
Tatiana – Pixabay

El problema de las pseudociencias

En la universidad pregunté a un profesor cómo funciona la metoclopramida, un medicamento para los vómitos de la quimioterapia. Me explicó que interfiere los receptores D2 de dopamina en el centro neural del vómito (el área postrema de la médula espinal) y también interfiere los receptores 5-HT3 de serotonina. Inhibir un receptor es como tapar una cerradura con silicona: no se le puede poner la llave. Por eso cuando llega la señal al receptor, éste no se activa (porque está bloqueado) y, por tanto, no se produce el vómito. Igualmente la metoclopramida imita la clave de los receptores 5-HT4 de serotonina. Entra dentro del receptor y pone la barrera que evita el vómito. Así es como la metoclopramida hace que las personas no vomiten.

Más adelante pedí a una acupuntora que me explicara cómo funcionaba esto. Es decir, qué cambios produce la acupuntura en el cuerpo para curar a una persona. Además de no responderme, se enfadó conmigo y con la pregunta. Básicamente me estaba pidiendo un acto de fe: La acupuntura funciona porque te lo digo yo. Y punto. Con esta premisa, si me hubiera dicho que venía del año 1524 viajando en el tiempo, también me la habría tenido que creer.

Las pseudociencias y pseudoterapias se basan en teorías que sus autores no han demostrado. Al contrario que con el método científico, cuando les preguntas cómo han asegurado que su práctica es la causa de la curación sólo te pueden decir que lo han visto en sus “pacientes”. Veremos que esta afirmación no tiene fundamento.

Son ejemplos de pseudoterapias el reiki, la homeopatía, la orgonoterapia, la bioneuroemoción o las llamadas “terapias psico-corporales”.

El peligro que tienen estas prácticas es que son un engaño por los usuarios que, además de hacerles perder tiempo y dinero, ponen en riesgo su salud cuando abandonan tratamientos que sí funcionan.

“A mi me ha funcionado”. La falacia del caso único

Imagínate que un día, yendo por la calle, ves un billete de 50 euros en el suelo. Observas que acaba de caer y, por tanto, su dueño, no puede estar lejos. De hecho ves a alguien que camina unos metros más adelante. Tú eres una persona honesta y le quieres volver el billete: es lo que te gustaría que hicieran contigo. Pero … ¿cómo sabes que el billete es suyo? Sólo hay una manera: preguntarle. Se lo preguntas y te dice que sí, que te billete es suyo. Ahora ya lo puedes decir: “A mí me ha funcionado: quería saber si el billete era suyo preguntándoselo, y me ha dicho que sí“.

Ahora imagínate otra persona que tiene un resfriado y va a un homeópata. El homeópata le dice “tómate estas bolitas durante 5 días“. La persona se las toma y, al cabo de 5 días, el resfriado ha desaparecido. Le ha funcionado? No lo sabemos. Un resfriado se cura solo en 5 días. Sin haber tomado homeopatía el resultado habría sido el mismo. La homeopatía no ha participado en ningún ensayo clínico donde haya demostrado ser eficaz. Ni para el resfriado, ni para nada.

Correlación no es causa-efecto

La homeopatía es una pseudociencia
HeungSoon – Pixabay

¿Qué puede haber pasado en el ejemplo de la homeopatía? Se han producido dos hechos: la persona ha tomado homeopatía y ha dejado de estar resfriada. Ahora bien, que estos dos hechos hayan pasado juntos no quiere decir que estén relacionados. Y menos que sean causa y efecto. Se trata de una correlación.

Dos fenómenos están correlacionados cuando, al cambiar uno de ellos, también cambia el otro. Pero esto no quiere decir que uno sea la causa y el otro la consecuencia.

Si consideramos que dos cosas que pasan juntas deben ser, necesariamente, causa y efecto, sí. Es lo que dicen los que defienden que el microondas provoca cáncer, o que la homeopatía cura el resfriado.

El método científico

La ciencia no es perfecta. No es la panacea. A veces parece que algo que se ha demostrado con estudios científicos deba ser intocable, y no es así. Pero el método científico tiene una serie de principios que permiten que se compruebe a sí misma. Y no persigue la certeza o la verdad, sino las pruebas. Un estudio bien hecho (en este caso, observacional y no experimental):

  • Ha elaborado una hipótesis (una idea inicialmente dudosa que se quiere poner a prueba). Por ejemplo: “La desviación del eje de rotación de la Tierra es directamente proporcional a la intensidad de los terremotos“.
  • Ha definido con mucha precisión qué quiere estudiar (operativización): ¿Cómo mides la desviación del eje de rotación de la Tierra? En grados respecto al eje anterior. ¿Cómo mides la intensidad de los terremotos? Con la Escala de Mercalli.
  • Ha hecho las medidas, ha obtenido unos resultados, los ha explicado y los ha publicado. Con todo detalle. Como todo el procedimiento queda claramente descrito, cualquier otro científico puede intentar repetir el estudio para ver si sale lo mismo. O puede buscar errores en el método o en la interpretación de los resultados.

El ejemplo del reiki

Para explicarlo en un caso concreto, pondré el ejemplo del reiki. El reiki es una técnica de canalización y transmisión de la energía vital. Acercando las manos al cuerpo de una persona, se va a la raíz de los problemas de salud física y emocional para recuperar el equilibrio y expandir la conciencia (según la explicación de Gemma Cazorla). Los defensores del reiki dicen que funciona porque sus “pacientes” se sienten mejor después de someterse a ella.

Pero como con decirlo no basta, habría que demostrarlo con pruebas. Siguiendo estos pasos:

Comparado con el método científico, el reiki no funciona
Jürgen Rübig – Pixabay
  1. Definir la energía vital. La energía debe tener una forma: Térmica, eléctrica, bioeléctrica, motriz, etc. ¿Qué forma tiene la energía vital? ¿Por qué conductos se canaliza? ¿Con qué fuerza se puede canalizar con las manos (magnetismo, tracción, difusión)? ¿Por qué unas manos pueden hacerlo y otras no. ¿Qué formación se necesita? ¿Como cambian las manos a raíz de esta formación? ¿Una formación de 600 euros te da más poder que una de 200 euros? ¿Qué cambio se necesita en la energía vital para curar una persona en lo físico o lo emocional? ¿Cómo has relacionado la energía vital con una enfermedad concreta? ¿Qué es la conciencia? ¿Como la mides? ¿Como la expandes? ¿Cómo mides su expansión?
  2. Definir donde impacta. Hasta ahora nadie ha demostrado que se pueda tratar una fobia social de la misma manera que una rotura fibrilar de quadríceps. Por tanto, hay que centrarse en qué quieres estudiar. Por ejemplo: un episodio depresivo mayor.
  3. Elaborar la hipótesis. Un tratamiento de 10 sesiones de reiki reduce la intensidad de los síntomas cognitivos en personas con un episodio depresivo mayor. “Reduce la depresión” es demasiado general.
  4. Seleccionar la muestra. Seleccionaremos 200 personas con un episodio depresivo mayor diagnosticado según el DSM-V (no es que me guste mucho, pero sirve para el ejemplo). Provendrán de centros de atención primaria de Barcelona, Manresa, Solsona y Pruit. Estarán en tratamiento con antidepresivos tricíclicos. Tendrán entre 20 y 50 años. Nos guiaremos por la Declaración de Helsinki de bioética.
  5. Asignar a los sujetos a los grupos experimentales. Crearemos 4 grupos de 50 personas cada uno. Uno hará 10 sesiones de 30 minutos de relajación. Otro hará 10 sesiones de 30 minutos de terapia cognitivo-conductual. Otro no hará nada. Y el otro, 10 sesiones de 30 minutos de reiki. Los grupos serán equivalentes en las edades de sus sujetos, sexo, municipio, estado civil, horas de sueño, etc.
  6. Hacer los tratamientos y las medidas. Mediremos los síntomas cognitivos del episodio depresivo mayor con el Beck Depression Inventory (1979). Haremos 4 medidas: Una antes de empezar, una después de la sesión 3, una después de la sesión 6 y una después de la sesión 10. Igual para todos los grupos.
  7. Obtener los resultados. Calcularemos las variaciones en los síntomas cognitivos del episodio depresivo mayor con el software SPSS 19.0. Aplicaremos un análisis de la varianza (ANOVA de un factor).
  8. Interpretar los resultados. Veremos si en alguno de los cuatro grupos la intensidad de los síntomas cognitivos se ha reducido más que en los otros, de manera estadísticamente significativa (p≤0.05).
  9. Explicar i publicar els resultats. Si a los sujetos que han hecho reiki se les han reducido más los síntomas que a los de los otros grupos (insisto: de manera estadísticamente significativa. No sirve el “Pues mira, sí que ha bajado algo“), consideraremos que es eficaz para producir este efecto (que no quiere decir que pase lo mismo con la ansiedad, con el cáncer o con la gangrena). Y lo explicaremos públicamente con un informe, detallando donde nos hemos podido equivocar y orientando hacia dónde deberían ir los estudios posteriores.

¿Y por qué en este caso sí podemos establecer una relación causa-efecto? Por el método científico. Gracias a la distribución de los sujetos, todos los grupos eran iguales. Todos tomaban la misma pastilla, todos dormían las mismas horas, etc. Cualquier otra causa que hubiera podido provocar una reducción de los síntomas (como el simple paso del tiempo) habría afectado a todos los grupos por igual. Pero la única diferencia en los resultados ha sido que el grupo “agraciado” había hecho reiki y los otros no. Así pues, estableceríamos el reiki como causa de la reducción de los síntomas.

Y como eso, con todo. Hasta que cualquier terapia, técnica o procedimiento no haya demostrado su eficacia en un estudio con todas las variables controladas y con sujetos distribuidos a los grupos de manera representativa, no se puede decir que es eficaz. Aunque las 30 personas que han pasado por un experto en reiki digan que “se sienten mejor”. Y si no, prueba a preguntar a un grupo de 30 personas de quién es el billete de 50 euros. Cuando todas digan que es suyo verás que la pregunta que te funcionaba con uno, no funciona con 30. Así es como va el método científico.


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