Afrontar el confinamiento por el coronavirus
Afrontar el confinamiento por el coronavirus es un reto. Una situación desconocida hasta ahora y para la que nadie estaba preparado. El cambio que representa y la información que recibimos de los efectos de la COVID19 nos pueden angustiar. Pero hay cosas que podemos hacer para que esta experiencia sea más fácil e, incluso, obtener ventajas.
¿Cómo afrontamos el confinamiento por el coronavirus?
Comprender la situación
Este es un escenario nuevo. Nadie lo había visto antes y, hasta hace pocas semanas, no se había previsto. Por lo tanto se trata de una situación de excepcionalidad para la que no estábamos preparados, y nos toca aceptarlo.
Una pregunta que se repite: «¿Por qué no puedo salir a hacer ejercicio donde no haya nadie?» Imagínate que lo permiten, con restricciones. Por ejemplo, «Podrán salir a hacer ejercicio un máximo de 2 personas, de edades comprendidas entre 14 y 60 años y de 9 de la mañana a 6 de la tarde. Deberán estar a una distancia de al menos 5 metros la una de la otra y el tiempo de ejercicio no podrá superar los 30 minutos«. ¿No lo ves complicado? Pues para asegurar que todo el mundo recuerda las condiciones sin tener que hacer cálculos, la pauta es muy simple: no se puede salir de casa si no es imprescindible.
Seguir les recomendaciones de los expertos
Tenemos epidemiólogos de primer nivel mundial. Expertos en protección civil. Periodistas que nos explican qué pasa. Trabajadores de la salud que nos cuidan. Hagámosles caso! Si nos dicen que nos lavemos las manos a menudo es porque el jabón destruye la cubierta de grasa que tiene el coronavirus, y hace que, literalmente, se deshaga. Si nos dicen que nos quedemos en casa es porque nos podemos infectar o podemos infectar a los demás, aunque no seamos conscientes.
Y ese aspecto es muy importante. Como ya expliqué en este artículo, vivimos en un país sobre-regulado. Hay un exceso de leyes y un modelo de relación de la autoridad hacia la ciudadanía basado en el paternalismo. Quien gobierna considera que no podemos tomar decisiones y que debemos estar permanentemente vigilados. Pero el control de la epidemia está en nuestras manos, quedándonos en casa. Demostremos que podemos hacerlo porque nos sale de dentro, sin necesidad de llenar la calle de policías.
Establecer una rutina
Las rutinas nos dan sensación de normalidad. Hacer frente a un confinamiento levantándote por la mañana sin tener ni idea de qué harás durante el día, hace que este confinamiento sea muy difícil. Por lo tanto, establece rutinas: horarios de comida, trabajar, mantener el contacto social, hacer ejercicio físico en casa, etc.
Quién más necesita las rutinas son los niños. Establece unas horas para hacer trabajo escolar, para jugar, para ver la televisión, etc. Esto ayudará a los niños a estar más tranquilos.
Informarnos sobre el COVID19
La información reduce la ansiedad y nos mantiene en contacto con el mundo (y esto es importante ahora que pasamos todo el día dentro de casa). Ahora bien, esta información debe ser útil. Cuando nos sentimos abrumados o nos empezamos a poner nerviosos es mejor que nos aislemos un rato, porque no lo arreglaremos con más información.
El uso de las nuevas tecnologías nos convierte no sólo en consumidores de información, sino también en distribuidores. Hay que seleccionar la información que enviamos, sobre todo cuando se trata de mensajes en cadena. En este artículo ya contaba lo fácil que es compartir mensajes en cadena, pero estos mensajes deben estar contrastados. Si no provienen directamente de una fuente oficial, puede que no sean fiables.
Mantengamos el contacto con los nuestros
Confinamiento no significa soledad. Podemos hablar por teléfono o hacer videoconferencias con la familia, con los amigos o con los compañeros de trabajo -al margen del trabajo-. Si nos hemos visto afectados por un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) y nos angustia, hablar con los compañeros de trabajo nos puede ayudar a compartir este miedo, y buscar soluciones en grupo.
También es importante estar en contacto con familiares o vecinos que puedan tener necesidades especiales: si son grandes, están enfermos o son dependientes. Ofrezcámonos para ir a comprar para ellos. Y pidamos ayuda cuando la necesitemos.
Hagamos ejercicio físico
El ejercicio físico nos ayudará a mantener el estado de ánimo, nos distraerá y evitará muchos de los efectos negativos del confinamiento por la COVID19. Podemos poner música y bailar, o seguir lo que nos aconsejan los expertos.
Busquemos la parte positiva del confinamiento
Ya sabéis que no soy seguidor de Mr Wonderful, ni del positivismo radical, ni de sonreír a pesar del sufrimiento. Pero ya que nos ha tocado vivir el confinamiento, no perdemos nada para observar los aspectos positivos, que también son:
- La reducción de la contaminación: Aquest vídeo muestra cómo se ha reducido la contaminación desde que comenzó el confinamiento.
- El aprendizaje: En el futuro puede haber más epidemias. Lo que aprendamos con esta podremos aplicar a las que eventualmente lleguen.
- El establecimiento de redes de apoyo vecinales: Volver a las tiendas del barrio, estrechar lazos con los vecinos y descubrir nuevas maneras de ayudarnos.
- El desarrollo del teletrabajo: Era una cuestión pendiente. El teletrabajo permite ahorrar tiempo, dinero y contaminación. La epidemia de COVID19 nos ha impulsado a probar esta forma de trabajar y ahora tendremos que perfeccionarla.
¿Y si tenemos síntomas de COVID19?
Los síntomas de la COVID19 son fiebre, tos, dolor de cabeza o de cuello y dificultad respiratoria. Pero se puede tener el virus sin manifestar estos síntomas, o se pueden tener estos síntomas debidos a otra enfermedad. Entonces, ¿qué hacemos?
- Si son síntomas leves o moderados, llamamos al 061 o a nuestro Centro de Atención Primaria.
- Si son síntomas graves, llamamos al 112 (emergencias).
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