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El confinamiento es una responsabilidad individual

CORONAVIRUS
1. Afrontar el confinamiento por el coronavirus
2. Pautas para un teletrabajo efectivo
3. El confinamiento es una responsabilidad individual
4. Manejar la incertidumbre por el coronavirus
5. Impacto psicológico del confinamiento y el coronavirus
6. Las personas mayores y las residencias ante el coronavirus
7. Impacto del coronavirus en los profesionales sanitarios
8. Manejo emocional de la crisis económica
9. Soporte psicológico a personas con COVID persistente

El confinamiento debido a la crisis del coronavirus es una responsabilidad individual. O al menos debería serlo. Al margen de estados de alarma, participación militar, decretos ley o disputas políticas. El motivo de quedarnos a casa es proteger la propia salud, la salud de los demás y la capacidad del sistema sanitario.

El confinamiento es una responsabilidad individual - Psicologia Flexible
Mirasidia – Pixabay

«Quédate en casa. Punto». ¿Por qué esa inmovilidad?

Sé que este artículo llega cuando está empezando el desconfinamiento. Pero he querido hacerlo de todos modos por lo que estamos viviendo y por lo que podría volver si no ejercemos la responsabilidad individual de quedarnos en casa. Sobre todo habiendo visto cómo fué la primera jornada de salida de los niños.

Desde que empezó el confinamiento hemos visto peticiones de poder salir a hacer ejercicio, a cuidar del huerto personal, etc. Entonces, ¿por qué ese mensaje tan simple de «Quédate en casa»? Pues por eso mismo: Porque es simple. Y en comunicación pública los mensajes deben ser simples para evitar que la gente tenga que salir de casa con un metro, una calculadora y un GPS.

Repasemos las condiciones en las que, a día de hoy, se permite que los niños salgan a la calle:

  • Pueden salir los niños de hasta 14 años. Un máximo de tres niños acompañados por un adulto. Y todos deben ser convivientes.
  • Se pueden hacer paseos de un máximo de una hora y sin alejarse más de un quilómetro de casa.
  • Los niños de más de 3 años deben llevar mascarilla.
  • Hay que mantener la distancia social y evitar jugar con juguetes de otros niños.

Estas condiciones no son simples. Casi obligan a salir de casa llevándolas apuntadas en un paper. Aparte de que provocan que los adolescentes de más de 14 años se reboten (justo en la edad en que se ven con poder para hacer cualquier cosa). Pero sin duda era una medida necesaria.

Si el primer día de salida de los niños vimos tantas escenas de masificación fué por dos motivos. Primero, por la dificultad de cumplir unas condiciones tan complejas. Y segundo, por no querer ejercer la responsabilidad individual.

El estado de alarma y la participación militar

El gobierno español decidió responder a esta crisis decretando el estado de alarma y retirando a las comunidades autónomas competencias que tenían asignadas en materia de sabidad y de orden público. Y dió al ejército una gran relevancia que se ha demostrado innecesaria. El ejército y los cuerpos policiales no han añadido nada a la tarea de los científicos, que los son auténticos expertos a la hora de luchar contra una epidemia.

El confinamiento es una responsabilidad individual
Arek Socha – Pixabay

Esta intervención policial y militar debería haber quedado en segundo plano. Pero tal como expliqué en este artículo, vivimos en un país sobrerregulado. Tenemos un exceso de leyes con las que el legislador nos trata como si no pudiéramos tomar decisiones. Como si tuviera que regular por ley todos nuestros movimientos, desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, porque nosotros no podemos decidir por nosotros mismos. Un modelo intervencionista, paternalista y que castiga el ejercicio de la responsabilidad individual.

El confinamiento, que tendría que ser un deber cívico autoimpuesto, ha acabado siendo un decreto ley con la policia y el ejército, porque la autoridad dió por hecho, de entrada, que como ciudadanos/as no sabríamos hacerlo por nuestra cuenta.

El confinamiento es una responsabilidad individual

Entonces el confinamiento por el coronavirus nos da la oportunitad de demostrar que sí podemos ejercer esta responsabilidad individual. Está claro que hemos comprendido que la situación sanitaria es grave, que el coronavirus se transmite con mucha más facilidad que otras enfermedades, y que eso justifica las medidas de protección, entre ellas, el confinamiento. Es incómodo, es injusto y abre muchas incertidumbres. Pero hagámoslo.

Hagámoslo por nosotros mismos, por nuestras familias, por los demás, por los y las profesionales de la salud, por el sistema sanitario. Hagámoslo porque creemos en ello. Al margen del conflicto político entre Cataluña y España que hace que salgan propuestas distintas y, a menudo, contradictorias. Hagámoslo porque hemos entendido que es nuestro papel. Porque hemos reflexionado y hemos visto que, como sociedad, podemos parar la COVID-19 si nos lavamos las manos, mantenemos un distanciamiento social temporal y no salimos a la calle si no es necesario (que los niños puedan salir con los adultos, sí, es necesario. Con las máximas precauciones posibles).

Demos un paso para demostrar a la clase política que podemos tomar deciciones al margen del paternalismo.

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Esta entrada tiene 2 comentarios

    1. Hola Tania, gracias por su comentario. Está claro que no todo el mundo cree en ello. Pero en este caso ya no es necesario plantearse el porqué de seguir estas medidas. Eso si, estamos ante un virus que ha demostrado una gran capacidad de hacer lo que le da la gana si no le ponemos barreras. Por eso es importante que se las pongamos.

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