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El consumo excesivo de psicofármacos

Los psicofármacos son muy útiles para ayudar a las personas con algún trastorno psicológico. Pero si no se utilizan correctamente acaban generando un gran coste económico, sanitario y terapéutico. El estado español es líder en el consumo de estos medicamentos en Europa, con un gran aumento en los últimos años. Este artículo habla de las consecuencias del consumo excesivo de psicofármacos y de cómo resolver el problema.

El consumo excesivo de psicofármacos - Psicología Flexible
HeungSoon – Pixabay

Cuántos psicofármacos se consumen

El consumo de psicofármacos en nuestro país es un problema de sanitario de primer orden. Esta noticia muestra la cantidad de medicamentos para la salud mental que se consumen y su aumento en los últimos años. Cuando hablamos de psicofármacos nos referimos a muchos tipos de medicamentos diferentes, pero los más importantes son los antidepresivos, los ansiolíticos y los antipsicóticos.

En Cataluña se recetaron, el año 2015, 6.920.000 envases de ansiolíticos, 6.450.000 de antidepresivos y 2.260.000 de antipsicóticos. A estos hay que añadir los que no prescritos para la situación en curso. Son, por ejemplo, productos que se guardan en casa («de aquella receta de hace un año«) o que se consiguen sin intervención del médico: algún vecino, una compra irregular fuera de la farmacia, …

Los psicofármacos son necesarios

Para poder hacer una vida normal y con bienestar, nuestro cerebro necesita producir ciertos neurotransmisores, y hacerlo en la cantidad correcta. Los neurotransmisores son como mensajeros que viajan entre las neuronas para provocar ciertas reacciones. El estado de ánimo, el sueño, los sentidos, el dolor y muchas otras funciones dependen de estos neurotransmisores. Si la cantidad de un neutrotransmissor es demasiado alta o demasiado baja el cerebro pone en marcha mecanismos para corregirlo.

Pero a veces no lo puede corregir, y aquí es donde entran los psicofármacos. Estos medicamentos sustituyen la función que los neurotransmisores no pueden hacer. Por tanto, son necesarios. Y lo pueden ser de manera temporal (por ejemplo, durante el tiempo que dura un trastorno depresivo) o de manera definitiva (es el caso de algunos trastornos psicóticos como la esquizofrenia).

Es importante remarcar esto porque en el debate sobre este consumo a menudo se mezclan denuncias a la industria farmacéutica porque «vende medicamentos». Cuando son necesarios, que alguien los venda es una ventaja. Otra cosa es que en su estrategia comercial se incentive más de la cuenta del uso, o que desde los propios laboratorios se presione por la inclusión de más categorías diagnósticas a las indicaciones de los medicamentos. Pero este no es un problema de los psicofármacos, sino de su distribución.

El consumo adecuado y el inadecuado o excesivo

En algunos casos los psicofármacos pueden ser necesarios, al menos al empezar el tratamiento.
Aviavlad – Pixabay

Los psicofármacos se dan por trastornos que, como decíamos, pueden ser temporales o permanentes. Para algunos de estos trastornos hay validadas terapias desde la Psicología que han demostrado su eficacia sin necesidad de ningún medicamento. Es el caso de la terapia de conducta para el Trastorno Depresivo Mayor. Esta terapia consiste en planificar actividades que el paciente realiza y evalúa. Pues a veces el paciente está tan desanimado que necesita un psicofármaco que le ayude a situarse en el punto en que puede comenzar la terapia psicológica.

En otros casos la terapia farmacológica se considera imprescindible, como en el caso de la esquizofrenia. Algunos de los síntomas de esta patología se explican por la alteración de un neurotransmisor llamado dopamina. Por lo tanto hay que solucionar esto antes de hacer nada más. Hay terapia psicológica, también para la esquizofrenia, pero sin fármaco no resulta eficaz.

Los ansiolíticos son un ejemplo de psicofármaco mal utilizado. Ante cualquier situación de ansiedad se suelen administrar para calmar los síntomas, pero no siempre se aborda el problema de fondo que los provoca. Y aquí no digo que los ansiolíticos no sean necesarios: digo que sólo se deberían administrar cuando la intervención no se puede llevar a cabo sin ellos. El diacepam, por ejemplo, es un relajante muscular, que ayuda a calmar la ansiedad. No es un somnífero, pero … ¿cuántas personas lo toman para dormir?

Otro ejemplo es la medicalización del duelo. A raíz de la pérdida de una persona cercana se experimenta un duelo, marcado por la tristeza, la sensación de soledad y el recuerdo constante de la persona que ha muerto. El duelo es una reacción natural que ayuda a asumir la pérdida. Gracias a este proceso aprendemos a vivir sin la persona que ha muerto. Tomar medicamentos para el duelo lo que hace es enmascararlo. Tapar los síntomas con una manta y posponer el duelo para más adelante. Pero es que tarde o temprano se tendrá que hacer. Y hacerlo es la manera de curarlo. Es muy difícil decirle a una persona que tiene que pasar este malestar por estar mejor después, pero es que es la manera.

Cómo podemos consumir menos psicofármacos

En primer lugar quiero destacar la importancia de hacer caso al médico cuando nos dice que tomemos algún medicamento. El consumo excesivo de psicofármacos es un problema a nivel de población, no de personas a título individual. Si el médico nos receta un medicamento, tomémoslo. Y si de todos modos lo queremos dejar que nos molestan sus efectos secundarios, mejor decírselo antes. Abandonar por nuestra cuenta un psicofármaco puede hacer rebrotar los síntomas.

A partir de aquí, podemos preguntar al médico si hay alternativas: un cambio de hábitos, una terapia psicológica, etc. Si pensamos que lo que nos preocupa no tiene nada que ver con ningún problema físico podemos ir al psicólogo directamente. En caso de que la causa sea médica, el psicólogo lo verá y nos recomendará que vayamos al médico.

Claro que a veces ir al psicólogo puede significar unas cuantas sesiones, y hacer un trabajo continuado. Y que, en cambio, el médico da una pastilla mágica que hace desvanecer los síntomas rápidamente.

Pero si la causa es psicológica lo mejor es abordarla y tratarla psicológicamente: ¿Estrés por la dificultad de encontrar trabajo? Fobia a los perros? Etc. Probémoslo con Psicología. Si se necesitan psicofármacos siempre estamos a tiempo …


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