Las personas con enfermedades crónicas y avanzadas dependen, en gran medida, de un cuidador principal. El cuidado de un enfermo dura 24 hores al día y obliga a estar pendiente de muchas cosas. Por eso las persona que lo hacen suelen soportar lo que se conoce como el estrés del cuidador. Este artículo quiere ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que se ocupan de cuidar a un familiar enfermo.
La ayuda familiar en las personas dependientes
El alargamiento de la esperanza de vida ha hecho aumentar el número de personas con enfermedad crónica. Vivir más años implica que el riesgo de tener enfermedades de larga duración también aumente. Eso no significa que se considere “normal” que una persona mayor tenga más enfermedades. El envejecimoento y la enfermedad son fenómenos distintos. Conviene distinguir entre el proceso de enlentecimiento que vivimos a medida que nos hacemos mayores de las patologías que pueden causar dependencia.
Actualmente las enfermedades crónicas que más frecuentemente requieren un cuidador son las demencias (sobre todo el Alzheimer), el cáncer y el ictus. En las personas jóvenes también se pueden producir patologías neurológicas, enfermedades congénitas (que ya se manifiestan desde el nacimiento) o accidentes, que también las hagan dependientes.
Habitualmente el cuidador principal suele ser de la propia familia, básicamente por una cuestión de confianza. Y es una ayuda familiar que casi siempre hace una mujer, y con dedicación exclusiva. Pero lo cierto es que un hombre puede hacerlo con la misma calidad. Y, precisamente, el hecho de distribuir esta tarea entre varias personas ayuda a reducir la sobrecarga del cuidador principal.
Causas de la sobrecarga del cuidador principal
“No me atrevo a salir de casa, ni para ir a por el pan. Si en estos 5 minutos le ocurriera algo a mi marido y yo no estuviera, no me lo perdonaría”.
Esta frase me la dijo una mujer a quien visitaba a domicilio. Su marido tenía una enfermedad respiratoria crónica por la que casi no podía moverse del sofá. Son palabras que ayudan a entender por qué se produce el estrés del cuidador principal.
El cuidado de un enfermo crónico en situación de dependencia es un trabajo de 24 horas al día. Incluye gestionar todas las visitas médicas (que suelen ser múltiples, porque intervienen muchos profesionales), asegurar que están todos los medicamentos necesarios y que el paciente se los toma cuando toca, cocinar, limpiar, mover al enfermo si está permanentemente en la cama y saber qué hacer si surge algun imprevisto, como un mareo o un ahogo.
Además es una faena que sólo tiene reconocimiento social en su conjunto, pero no personalmente. En otras palabras: la sociedad reconoce que los cuidadores hacen una gran tarea, pero no se dirige a cada uno de ellos para gratificarlos. Se considera una ayuda familiar normal y que, por lo tanto, no necesita más reconocimiento. Y si no se trata de cuidadores profesionales, tampoco es una actividad remunerada ni que cotice para la Seguridad Social.
Entonces, quien se ocupa de cuidar a un familiar enfermo no tiene muchas maneras de saber si lo está haciendo bien. Y eso plantea un problema cuando una sola persona debe cordinar tantas cosas distintas e intentar que salgan. Todo ello origina la sobrecarga del cuidador principal.
Síntomas del estrés del cuidador
Hay algunos síntomas (o señales) que avisan de que el cuidador principal está sufriendo estrés:
La sensación de desbordamiento o de no llegar a todo
El aumento de la ansiedad más allá de lo tolerable
Olvidar cosas importantes, como visitas médicas o tomas de medicamentos
El insomnio o la fatiga
Notar como cada vez preocupa menos la persona que se está cuidando (como si el cuidador actuara como un robot)
La reducción de otras actividades (ocio, cultura, reuniones con amigos y familiares, …)
La presencia de síntomas físicos, como el dolor de cabeza, la tensión muscular o los trastornos digestivos
El estrés del cuidador pone el peligro su salud física y emocional. Y puede hacer que se cometan errores a la hora de cuidar a un familiar enfermo. Por eso es importante tener cura de uno mismo, y pedir ayuda cuando sea necesario.
Tener cura de uno mismo para cuidar a un familiar enfermo
Hay algunas cosas que puedes hacer para reducir el estrés del cuidador. Acabar con esta sobrecarga también repercutirá en el cuidado que tienes de tu familiar enfermo. Es normal tener cierto grado de carga psicológica y emocional, pero cuando esta empieza a afectar al bienestar conviene buscar una solución.
Haz de la ayuda familiar una actividad colectiva. Que no recaiga todo sobre una misma persona. Repartiros las tareas.
Mantén un contacto permanente con el médico. La información sobre la enfermedad y su evolución ayuda a tener mayor sensación de control.
Permítete cometer errores. Obligarse a hacerlo todo perfecto es una carga añadida a la de cuidar a un familiar enfermo, ya bastante pesada de por si.
Crea y mantén hábitos saludables: dieta variada y equilibrada, ejercicio físico, no fumar, beber poco alcohol, etc.
Resérvate ratos de desconexión: vé al cine, a un concierto, a pasear, a tomar un café con alguien… El familiar enfermo se puede quedar al cargo de otra persona de confianza, que te avisará si ocurre algo.
Busca el apoyo de otr@s cuidador@s. El personal sanitario te puede ayudar a ponerte en contacto con ellos. Hablad entre vosotros, explicaros vuestras experiencias y pediros consejo: muchas de las cosas que te ocurren las puede haber vivido otra persona antes, y te puede explicar cómo lo solucionó.
¿Estás cuidando a un familiar enfermo? Quiero felicitarte por este tranajo, a menudo silencioso, pero tan importante. Si quieres, deja alguna pregunta o comentario y te responderé personalmente.
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