Impacto psicológico del confinamiento y el coronavirus
Desde que empezó el confinamiento por el coronavirus hemos ido notando su impacto psicológico. Niños, adultos, gente mayor, profesionales de la salud… cada uno desde su realidad ha experimentado unas consecuencias u otras. Y estas parecen ir a más en las últimas semanas. Hablamos del impacto psicológico del confinamiento y el coronavirus y de algunas pautas para hacerle frente.
Impacto psicológico del confinamiento en los niños
Durante la larga estancia en casa los niños han visto interrumpidas sus rutinas. Las rutinas son especialmente necesaries en los pequeños, ya que les dan sensación de seguridad. Pensemos que si el confinamiento empezó el 13 de marzo y los niños no volverán al colegio hasta mediados de septiembre, sumarán 6 meses de estar en casa sin las actividades habituales y sin ver a sus amigos. Por eso es importante crear y mantener rutinas.
Muchos niños también han tenido dificultades de acceso a las nuevas tecnologías que debían permitirles continuar el curso escolar desde casa. Eso ha contribuído a su aislamiento y les ha restado oportunidades. Afortunadamente sus maestros se han implicado con apoyo telefónico.
Cuando se anunció que los niños podían empezar a salir de casa apareció otro problema: Algunos de ellos tenían miedo ante la presencia del coronavirus. Encontraréis un análisis más en profundidad y algunas pautas de solución para este problema en este artículo.
La perspectiva de los adultos
Donde más han notado el impacto psicológico del confinamiento y el coronavirus los adultos ha sido en el trabajo. Muchos se han encontrado con un ERTE o un despido, o si son autónomos o pequeños empresarios han tenido -y tienen- serias dificultades para mantener la actividad mientras deben seguir pagando impuestos y cuotas.
Los que pueden trabajar desde casa han tenido que adaptarse al teletrabajo sin preparación previa. Y en las circunstancias actuales tampoco es fácil. Pero se ha normalizado esta manera de trabajar, que también tiene ventajas: se aprovecha más el tiempo, se reduce la contaminación del aire, etc.
A eso se añade la preocupación por los familiares de más edad, tanto si viven solos como si están en residencias. No se les puede ir a ver y eso, sobre todo ahora, es difícil de manejar emocionalmente. Pero sí podemos mantener el contacto desde la distancia, comprarles algo y traérselo y explicarles que todo el mundo está trabajando mucho para que este confinamiento acabe lo antes posible.
El miedo al coronavirus de la gente mayor
En las personas mayores el impacto psicológico del confinamiento y coronavirus también ha sido notable. Son la población más expuesta a las complicaciones de la COVID-19 y se les han exigido unas restricciones mayores que al resto. Por eso es normal que vivan esta situación con tristeza y miedo. Lo mejor que pueden hacer es pedir información y ayuda cuando la necesiten.
Para la persona mayor que vive sola el problema de la soledad hace que se pueda sentir más vulnerable. Le será muy útil contar con un vecino o familiar que le haga la compra y que mantenga el contacto telefónicamente y presencialmente -con las distancias de seguridad-. Sólo por el hecho de saber que tiene acceso a alguien fácil y rápidamente se sentirá mucho más tranquilo.
El estrés de los profesionales de la salud
Los profesionales de la salud están sometidos a un estrés muy intenso. Trabajan muchas horas, con material que inicialmente era escaso, y con miedo a contagiarse de la COVID-19. De hecho muchos de sus compañeros y compañeras han adquirido el virus. También explican dificultades para manejar emocionalmente la proximidad con la muerte de sus pacientes, y remordimientos durante el día de descanso porque sus compañeros siguen en el trabajo.
Les puede ir bien hablar con su equipo de todo lo que sienten, piensan y experimentan. Muchas cosas que les pasan por la cabeza les parecen extrañas e indeseables, hasta que hablan con los compañeros y se dan cuenta de que estos experimentan lo mismo. Igualmente es importante que «desconecten» del trabajo cuando están en casa, haciendo actividades que conlleven una gran distracción y aislándose de las noticias.
Expresar el miedo, la rabia y la tristeza, tomar conciencia del buen trabajo que están haciendo y disfrutar el apoyo social también les ayudará a prevenir el trastorno por estrés postraumático, que podría aparecer cuando baje el estrés actual.
Impacto psicológico del confinamiento y el coronavirus en la sociedad
A nivel social esta situación nos ha llevado a vernos a nosotros mismos haciendo cosas que nunca pensamos que deberíamos hacer. Imágenes inéditas de calles vacías y una gran incertidumbre sobre el futuro. Una de las dudas que aparecen ahora es cuáles de estos cambios se quedarán con nosotros para siempre.
Pero también hemos visto cómo nos hemos adaptado rápidamente a los cambios. Cómo las fábricas de coches han empezado a fabricar respiradores. Iniciativas de apoyo social y vecinal. Hemos aprendido la importancia del consumo de proximidad, de mantener el contacto entre nosotros y de defender el sistema sanitario.
Todavía tenemos algunos retos por delante: aprender a manejar la rabia contra los que pensamos que han llegado tarde o que lo están haciendo mal (no porque esa rabia no esté justificada, sino porque es poco útil). Revertir esta pandemia de la manera más segura posible, aprovechar el aprendizaje de toda esa experiencia y mantener los cambios positivos que se derivan de ella.
Recuerda que si necesitas ayuda psicológica personalizada puedes ponerte en contacto conmigo.
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Si lo comparto atraves de un video es muy importante contener a las personas que se angustian demasiado, gracias por las publicaciones
Hola Margarita, gracias por tu comentario. Adelante con compartirlo, estos artículos son abiertos. Por favor, recuerda mencionar la fuente original (psicologiaflexible.com) Gracias!