Manejar la incertidumbre por el coronavirus
Desde el confinamiento por el coronavirus vemos bastantes predicciones sobre cómo cambiarán nuestras vidas a partir de ahora. Es comprensible que intentemos prever el futuro, pero también debemos admitir que todavía es pronto para saber qué ocurrirá. Y esta es, precisamente, una de las dificultades a nivel psicológico: Manejar la incertidumbre por el coronavirus.
Los cambios que ha habido
Los cambios que ha habido hasta ahora a causa de la epidemia de COVID19 no nos ayudan demasiado a predecir qué ocurrirá en el futuro. Porque han sido cambios muy repentinos, en respuesta a una situación poco conocida, y con grandes diferencias entre países.
Hemos visto esfuerzos de gobiernos, sistema sanitario, medios de comunicación y empresas del sector industrial para adaptarse a las demandas que aparecían. Sin duda podemos sentirnos orgullosos como sociedad. Las muestras de solidaridad por parte de todo el mundo, también a título individual, han sido constantes.
Pero también hemos visto una epidemia que se propaga muy rápidamente y que nos hace usar guantes y mascarillas para ir por la calle y mantener las distancias sociales. Eso supone un choque en una cultura como la nuestra, en la que las personas nos saludamos dándonos la mano, abrazándonos y besándonos.
Asistimos a la presencia del ejército en la calle y en los medios de comunicación y a una limitación de libertades que en condiciones normales sería inadmisible. Y a las consecuencias emocionales y sociales del confinamiento. Se supone que estos cambios deben revertirse cuando el coronavirus deje de ser una amenaza grave, es decir, cuando haya un tratamiento eficaz y/o una vacuna. Las dudas sobre si estos cambios se mantendrán incluso después, contribuye a la incertidumbre por el coronavirus.
La crisis económica
El parón económico ha sido brusco e intenso. Los expertos apuntan a que será una crisis profunda, pero de la que nos recuperaremos pronto (entre los años 2021 y 2022). Además se han visto afectados prácticamente todos los sectores económicos, incluso algunas grandes empreses se ven amenazadas.
Para los pequeños empresarios y para los trabajadores, uno de los problemas añadidos es que esta crisis llega cuando aún no nos habíamos recuperado de la anterior. Hay una gran sensación de desamparo y de que el volverá a aumentar el desempleo. Tampoco sabemos qué impacto tendrá la transformación digital que se ha iniciado, a través de la cual se ha empezado a aplicar el teletrabajo. Seguramente algunas de las personas afectadas por esta crisis económica (trabajadores y empresarios) necesitarán ayuda psicológica.
Quiero hacer un artículo específico en el blog de Psicología Fexible, sobre el manejo emocional de la crisis económica provocada por el confinamiento y el coronavirus. Será cuando haya más información sobre cómo nos está afectando esta crisis económica.
Manejar la incertidumbre por el coronavirus
Ya explicaba en este artículo que la incertidumbre había venido para quedarse. Que el conocido esquema por el que una persona iniciaba la edad adulta con una perspectiva de seguridad (un trabajo para toda la vida, una pareja para toda la vida y un hogar para toda la vida) se estaba desvaneciendo. Y que es normal vivir este cambio con cierta preocupación.
Manejar la incertidumbre por el coronavirus implica aprender que no podemos controlarlo todo. Evidentemente eso resulta incómodo: las personas nos sentimos más tranquilas cuando sabemos qué pasará. Cuando tenemos una seguridad. Y la incertidumbre hace que busquemos esa seguridad. Que busquemos respuestas. Y no las encontramos, nos las inventamos. Todo para recuperar la calma.
Es normal que hagamos esto. Como psicólogo que también trabajo con personas con cáncer, veo cada día las preguntas que se hacen los pacientes sobre cómo les irá el futuro y qué les va a cambiar. Y lo que les propongo es válido para todo el mundo -salvando las distancias-. También para las personas que experimentan la incertidumbre por el coronavirus.
Se trata de buscar un equilibrio entre lo que podemos controlar y lo que no:
Lo que podemos controlar
Tener claro de qué disponemos ahora, individualmente, y de cómo podemos utilizarlo para el presente y el futuro. Hacer una lista con los recursos con los que contamos (incluyendo la formación y experiencia, el apoyo social y familiar, los contactos profesionales, las propiedades, los servicios y ayudas públicas, etc). Descubriremos que tenemos más de lo que creemos.
Con la palabra «controlar» aquí me refiero a cosas que sabemos que tenemos y que que nos pueden ayudar. Son recursos con los que contamos. La sensación de control es uno de los elementos que más contribuyen a reducir la ansiedad y la incertidumbre. Siempre considerando que no se trata de tener más, sino de utilizar lo que tenemos para el bienestar.
Lo que no podemos controlar
En situaciones como la actual, una parte de la incertidumbre es inevitable. Luchar contra la incertidumbre a toda costa es un esfuerzo agotador, y tampoco nos ayudará. Aceptar esta realidad nos ayuda a hacerle frente.
Y eso sirve para todos los cambios que puedan llegar y, que, por ahora, nadie conoce ni puede adivinar. Ni siquiera los que hacen pronósticos en los medios de comunicación. No pueden predecir los acontecimientos porque no tienen situaciones similares del pasado en las que basarse.
En resumen, manejar la incertidumbre por el coronavirus supone un equilibrio entre ayudarnos con lo que tenemos y aceptar que no podemos saberlo todo.
Si necesitas ayuda psicológica para hacer frente a la situación personal que estás viviendo, ponte en contacto conmigo de manera privada. También puedes dejar alguna pregunta o comentario a este mismo artículo, y compartirlo con quien pienses que puede ayudarle.
Esta entrada tiene 0 comentarios