Saltear al contenido principal

Del «nini» a la fiebre emprendedora

¿Cómo hemos pasado del nini a la fiebre emprendedora? Con la crisis económica -y no sólo económica- que tenemos estos últimos años, el paro ha subido hasta las nubes, sobretodo entre los jóvenes. Ha llegado hasta el 52% de los menores de 30 años. Queda claro que ningún país se lo puede permitir, por los problemas que trae en el presente y en el futuro. Pero quien se lo puede permitir todavía menos son los afectados.

¿Qué es un nini?

Del nini a la fiebre emprendedora - Psicología Flexible
2204574 – Pixabay

A las personas que ni estudian ni trabajan se les ha llamado «ninis«. Vaya por delante que no me gusta nada esta etiqueta. Primero porque en muchos casos, ni estudian ni trabajan porque no pueden, y las etiquetas tienen un elemento culpabilizador. Y segundo, porque cuando a una persona se le pone una etiqueta, en cierto modo se le está autorizando a comportarse según los tópicos que conlleva esta etiqueta.

Al haber tantas dificultades para encontrar un empleo ha surgido un eslógan que ha calado: «Si no tienes trabajo, invéntatelo«. Es una de las bases del emprendedor. Tal como se plantea parece que cualquier persona puede emprender, siempre que tenga una serie de elementos:

  • Un campo de dominio: Todo emprendedor debe tener algo que se le da muy bien: la cocina, la música, la jardinería, etc.
  • Un segmento de mercado diana: Una parte de la población dispuesta a pagar un dinero a esta persona a cambio de que se le resuelva un problema o una necesidad.
  • Una oportunidad: Las condiciones para hacer nacer, crecer y desarrollar su producto o servicio. Éstas condiciones no tienen porque ser ideales; en realidad, casi nunca lo son.

Incluso algunos expertos afirman que ni siquiera se necesita dinero o, al menos, gran cantidad de dinero. Que con unos pocos cientos de euros puedes empezar si le pones ganas y sabes explicar muy bien por qué se debe confiar en lo que vendes.

Pero ¿de verdad es tan fácil?

Pues sí. Y no. Depende.

Una vez empiezas, todo lo no puedas encargar a otro a cambio de que le pagues, tendrás que hacerlo tu mismo/a: márketing, diseño, producción, venta, etc. No todo el mundo tiene la formación necesaria para hacerlo. Por eso decirle a alguien a la brava «Si no tienes trabajo, invéntatelo» es como si le dijeras «¡Pues hazte emprendendor, vago!» y te quedaras tan ancho, esperando a que esto fuera suficiente para arreglar su vida.

Algunas personas aprenden todo ellas solitas. Otras necesitan algunos empujes, y otras van a requerir una ayuda muy reglada y técnica. Habrá algunas que van a tirar la toalla porque les viene muy grande. Por eso, entre los extremos de no hacer nada y de obligarse uno mismo a emprender existen muchos matices. Y entre ellos, también hay oportunidades.

¿Has pasado del nini a la fiebre emprendedora? ¿Te has hecho emprendedor/a? ¡Cuéntamelo! 🙂

Esta entrada tiene 0 comentarios

Comenta...

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba