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Procrastinación y Ley de Parkinson

La procrastinación es la práctica de posponer las cosas para más adelante, por lo que nunca las acabamos de hacer. La Ley de Parkinson es la que dice que el tiempo que tardamos en hacer una tarea tiende a expandirse hasta llenar todo el tiempo disponible. Procrastinación y Ley de Parkinson son dos conceptos de la psicología de la productividad que se relacionan entre ellos.

Procraastinación y Ley de Parkinson - Psicología Flexible
Tookapic – Pixabay

Qué es la procrastinación

Todo el mundo conoce el dicho «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy«. La procrastinación es justo lo contrario: la práctica de dejar las cosas para más adelante. Se describe con la frase «No hace falta que hagas hoy lo que puedas hacer mañana«. Las tareas que procrastinamos suelen ser las más aburridas, las más largas o las que tienen un comienzo más difícil. También se puede producir ante algo que tenemos que hacer, pero que nos genera cierta ansiedad.

Muchos estudiantes experimentan esto de la procrastinación. Sobre todo cuando deben estudiar en casa. Da mucha pereza empezar. Pero admiten que una vez se ponen, la mayoría de dificultades desaparecen. Desde la psicología se ha intentado explicar el origen de la procrastinación y, básicamente, se ha hecho desde dos modelos:

  1. El modelo de la pereza, que dice que la procrastinación tiene lugar ante actividades que no queremos hacer. Pensar que las haremos en otro momento sería una manera de calmar la conciencia: «No es que no esté dispuesto a hacerlo. Es que lo haré, pero más tarde«. Así evitaríamos reconocer, hacia nosotros mismos, que no tenemos intención de hacerlo.
  2. El modelo del perfeccionismo, que dice que las tareas que sometemos a procrastinación son las que consideramos más importantes y las que queremos que queden mejor. Al pensar que necesitan más tiempo las dejamos para más adelante, y así dedicamos el tiempo inicial a actividades más cortas.

La procrastinación puede presentarse en personas con plena salud mental, o como síntoma de algunas psicopatologías, como la depresión o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Las tareas que hacemos pasar por delante son tan variadas como jugar con el móvil, ver la televisión o repasar repetidamente el timeline de Facebook.

Cómo podemos evitar procrastinar

  • Si lo más difícil es ponerse, verás que desde el momento en que te pones el camino se allana. Comienza comprometiéndote a trabajar en él sólo durante 5 minutos. A partir de aquí no notarás tanta necesidad de interrumpir, porque ya habrás comenzado.
  • Haz una lista de tareas clasificándolas como A, B y C. Las actividades A son las urgentes. Las B son las necesarias y las C son las que se pueden posponer. Comienza siempre por las primeras y termina con aquellas menos importantes.
  • Si una tarea termina con procrastinación porque es muy difícil o compleja, divídela en subtareas. Cuando separas un problema en un conjunto de subproblemas y los resuelves uno por uno, acaba siendo más fácil de lo que parecía.
  • Intercala pequeños incentivos entre tarea y tarea, o en medio de una actividad de larga duración. Busca algo que te guste hacer y hazlo, de vez en cuando. La única condición es que no conlleve un gran esfuerzo volver al trabajo (es decir, trata de no alejarse físicamente del lugar donde estás haciendo tu actividad).
  • Evita las distracciones. Facebook, Twitter, Whatsapp … tienen una característica en común: son como un pozo sin fondo. Vas bajando por la pantalla y siempre aparecen más contenidos. Así es como se pierde la noción del tiempo y el «sólo será un momento» se convierte en un largo rato de distracción. Silencia las redes sociales. Apaga las luces del teléfono. Quita las alarmas.

Qué dice la Ley de Parkinson

La Ley de Parkinson dice que el tiempo que tardamos en hacer una tarea tiende a expandirse hasta ocupar todo el tiempo disponible. En otras palabras: Si una actividad se puede hacer con 10 minutos pero nos damos media hora, tardaremos media hora a hacerla. La Ley de Parkinson se cumple, sobre todo, con tareas que se repiten.

La Ley de Parkinson explica qué ocurre con una persona que se levanta media hora antes de ir al trabajo. En esta media hora tiene el tiempo justo de hacer todo, pero es tan justo, que decide levantarse 45 minutos antes. Como se fía de que tiene más tiempo, acaba ocupando justo esos 45 minutos en las actividades. Entonces se anticipa 15 minutos más. Y así sucesivamente.

También explica porque prevemos que hacer una maleta nos llevará una hora pero, si vemos que perdemos el avión, somos capaces de hacerla en 5 minutos. La Ley de Parkinson se aplica a la informática: cuanto más espacio tenemos para almacenar archivos, más ocupan los archivos que almacenamos. Entonces necesitamos disponer de más espacio. Es un círculo vicioso.

Qué relación hay entre la procrastinación y la Ley de Parkinson

Procrastinación y Ley de Parkinson se alimentam recíprocamente
Gerd Altmann – Pixabay

La Ley de Parkinson propone que nos podemos dar un tiempo de dos horas para hacer una tarea de veinte minutos… pero que acabaremos haciendo en dos horas. ¿Por qué? Por la procrastinación. Llegados los últimos 20 minutos nos dará la prisa por terminar y comprobaremos como no hacía falta tanto rato. Y la acabaremos a tiempo. Pero el resto de tiempo (100 minutos) lo hemos perdido.

En sentido contrario la procrastinación nos lleva a necesitar dos horas para hacer una actividad que podríamos hacer, perfectamente, en veinte minutos. Porque nos distraemos con cosas que nos gusta más hacer. Y como nos gustan, el tiempo pasa volando mientras las hacemos.

Conclusión: la procrastinación y la Ley de Parkinson se alimentan recíprocamente.

Ganar en productividad

Con todo esto el reto es ganar el productividad y eficiencia. Eficiencia significa obtener el mayor resultado posible con el menor tiempo. Y para eso se pueden hacer varias cosas.

  • Divide el tiempo en «cápsulas» de 30 minutos. Que cada 30 minutos sean para hacer una actividad, o la subdivisión de una actividad compleja que has tenido que partir.
  • Si se te ocurre algo que tienes que hacer y tienes miedo de que se te olvide si no la haces inmediatamente, apúntala en un papel para hacerla cuando haya terminado una cápsula de 30 minutos.
  • Prográmate las actividades de manera razonable. Ponerte más tareas de las que puedes hacer conlleva que se queden sin realizar y que tengas un sentimiento de frustración o de baja autoestima, porque valoras que no eres capaz de hacer todo lo que tienes que hacer. Incluso cuando no ha habido ni procrastinación ni efectos de la Ley de Parkinson. Los objetivos deben ser realizables.
  • Automatiza lo que puedas. Algunas tareas, por ejemplo, informáticas, se pueden automatizar para no tener que hacerlas manualmente. Incluido dentro de ello, a la hora de hacer algo, mira si previamente has hecho otra cosa muy similar que se pueda aprovechar.
  • Aprende a decir «No». A veces nos sobre-cargamos de actividades porque no sabemos decir que no a las peticiones de los demás. Además nos sentimos comprometidos con estas otras personas y hacemos «sus» tareas antes que las nuestras.

Existen aplicaciones de ordenador o de móvil que te ayudan a mejorar la productividad. Siempre digo a los usuarios de mis servicios de Psicología que en prueben, como máximo, dos o tres, pero siempre de una en una. Al final, el esfuerzo y el tiempo necesarios para gestionar la propia aplicación pueden acabar empeorando aún más el rendimiento. Si no encuentras la que te va bien, puedes buscar la manera de hacerlo sin estas aplicaciones. Y si te puedo ayudar, ¡solo me lo tienes que decir!


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Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Hola, yo tengo un modelo adicional a estos dos «Desde la psicología se ha intentado explicar el origen de la procrastinación y, básicamente, se ha hecho desde dos modelos»
    El modelo de lo satisfactorio: La idea es que nuestro cerebro prefiere hacer cosas que le estimulen más y procrastina las que estimulan menos. Por ejemplo: un profesor debe leer algunos artículos científicos importantes, pero complicados, también debe preparar las clases y las evaluaciones.
    El cerebro prefiere preparar una clase pues al cabo de una hora o menos tiene un producto tangible, también prefiere preparar la evaluación porque de nuevo es algo tangible que se aplica a los estudiantes, se califica, etc etc. Y todo esto genera estímulo al cerebro al ver el fruto de su trabajo.
    Por otra parte, si se dedica a cultivarse y a leer los artículos científicos, demorará mucho tiempo y al final no hay un resultado tangible, el profesor sabe más que antes, pero eso no lo puede ver, ni tocar ni aplicar en su quehacer tan directamente como en los primeros ejemplo.
    De ese modo el cerebro decide procrastinar la lectura de los artículos y buscará cualquier otra actividad, si bien importante, más simple y con resultados más inmediatos que la otra que es compleja
    Saludos!

    1. Hola Rich. Es una muy buena aportación, así que muchas gracias! En efecto, la procrastinación puede verse alimentada por el deseo de hacer actividades más de gusto y de resultados tangibles e inmediatos. En su ejemplo, la lectura de artículos científicos puede verse más como una inversión a largo plazo.

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