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¿Se puede ser feliz sin Dios?

Hace unos meses se publicó el contenido de la asignatura escolar de religión en España. Uno de los requisitos que se pide a los alumnos para aprobarla nos dejó con la boca abierta a algunos: los estudiantes deben reconocer que Dios es necesario para alcanzar la felicidad. Podéis leer la noticia aquí. Leerla nos trajo una pregunta a la cabeza: ¿Se puede ser feliz sin Dios?

No voy a juzgar si Dios existe o no. Dado que no tenemos certeza de si es real o es una invención (y si tuviéramos esta certeza nos vendría demasiado grande, precisamente porque somos científicos) dejamos esta cuestión para otras disciplinas. Vaya por delante el respeto absoluto a las creencias de cada uno.

No se sabe si se puede ser feliz sin Dios, pero…

Mas allá de si se puede ser feliz con Dios, lo que sí ha concluído la ciencia es que las personas que creen en Dios se sienten más satisfechas con su vida (ver el estudio aquí, EN INGLÉS). Cabe destacar que la felicidad y la satisfacción con la vida no son exactamente lo mismo -pero es lo más parecido que hemos encontrado-. Por otra parte, que las personas creyentes cuenten con esta “ventaja” no significa, tal como hemos dicho, que Dios sea la causa.

En cualquier caso afirmar que una persona no puede ser feliz por ella misma es tendencioso (sobre todo si viene de un organismo público que se declara aconfesional y que debe velar por el interés general), es imprudente y se opone a los modelos educativos que enseñan autonomía personal y responsabilidad. Además aquí hay alguien que pretende legislar creencias sin explicar como piensa hacerlo. Y usar la felicidad como moneda de cambio.

La pregunta de cómo puede alcanzarse la felicidad se ha intentado responder, a grosso modo, desde dos modelos, y ninguno de ellos contempla la necesidad de la existencia de Dios: uno propone que una persona es feliz si puede tener, de vez en cuando, refuerzos o estímulos muy potentes, como un viaje en vacaciones o una cena con los amigos cada dos semanas. El otro dice que la felicidad se consigue con las cosas pequeñas, normales, del día a día (es decir, que no se necesita nada extraordinario). Parece que gana el segundo.

Tomarse un café sentado, sin prisa, concentrándose en su aroma y su sabor. Disfrutar de un concierto en lugar de estar pendiente del móvil para que la foto quede centrada y con la luz ideal. Abrazar a alguien como si hubiéramos esperado un año para hacerlo. Escuchar a un nieto que explica apasionadamente qué ha hecho hoy en el cole. Pueden ser cosas con las que una persona se haga feliz a si misma, y así lo consiguen tanto las que aseguran tener a Dios a su lado, como las que dicen que Dios no existe. Lo cual parece indicar que sí se puede ser feliz sin Dios o, al menos, que Dios podría no ser necesario para alcanzar la felicidad.

Haremos un favor a los niños y niñas si les enseñamos a luchar por lo que quieren, a respetarse a ellos mismos y a los demás, a cooperar para cambiar lo que les parece injusto, a pedir ayuda cuando la necesiten, a adaptarse a su entorno sin renunciar a adaptar el entorno a ellos y a desarrollar herramientas propias para hacerse felices a ellos mismos.

Y ya puestos, vamos a la pregunta del millón: ¿el dinero trae la felicidad? Los estudios dicen que sí… pero hasta cierto punto. Parece que son necesarios unos ingresos mínimos que aseguren que uno tiene lo necesario para vivir dignamente para poder ser feliz pero, a partir de un nivel determinado, más dinero no conlleva más felicidad.

Se verá más claro poniendo un ejemplo con números: probablemente será más feliz una persona con unos ingresos de 1.500 euros al mes que otra que sólo gana 400. Pero alguien que obtiene 100.000 euros al mes no tiene porque ser más feliz que alguien que obtiene 30.000.

Y tú, ¿crees que se puede ser feliz sin Dios? ¿Con qué eres feliz? ¡Cuéntamelo! 🙂

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. Cuando nos remontamos a la historia del mundo vemos que en cada región y culturas hay dioses que rigen el destino de sus hijos, les bendicen pero no sin antes pedirles algo a cambio, rendiéndoles sacrificios humanos o de animales, uno entre tantos. Desde la historia hebrea en el AT aparece un dios de amor quien se declara el soberano y único del universo con características bondadosas y lo contrario a esto. Lo que sí se puede decir es que la fe, la confianza en si mismo juega un papel muy importante en lo que quieras conseguir de la vida. Las diversas iglesias tanto católicas-cristianas como en las mezquitas musulmanas nos dicen que sin Dios no hay sentido a tu desarrollo existencial, pero muchos ateístas contrarios a los creyentes con libertad de credos, dogmas y demagogias religiosas con humildad, bondad y comprensión hacen felíz a los demás y viven satisfechos y felices en la sociedad que les toca vivir. La creencia en Dios es algo especial, lo se, pero la chispa divina en el Hombre como especie y dueño de una doctrina dual hace lo opuesto al amor que debería existir entre nosotros ¿quizás porque en cualquier especie y/o razas que habitan en el infinito universo también existe la dualidad en grandes porcentajes definidos: buenos y malos, pequeño y grande, feo y bello, ancho y angosto, protección y destrucción, etc.?

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